#MujeresTerritoriosdeLucha: formas de vivir y (re)existir
La Campaña Mujeres Territorios de Lucha es una entre tantas expresiones de una historia viva y colectiva que está presente en diversas mujeres. Son cuerpos que, submersos en sentimientos, reflexiones y dolores, se ven como parte de luchas y conflictos. Son mujeres que viven situaciones que parecen bien mayores que ellas propias, pero en realidad son la continuación y el eco de sus cuerpos-territorios. Son historias, reflexiones, sentimientos, expropiaciones y reapropiaciones, artes, sueños, encuentros, colectividades, naturaleza, violencias, luto, indignación, encantamiento y muchas formas de vivir y (re)existir.
Mujeres, comunidades y colectividades que se ven, sin consulta, permiso o diálogo, atravesadas por por megaproyectos de muerte, vendidos como megaproyectos de desarrollo. Y que, ante esta realidad, precisan reafirmar sus cuerpos-territorios como espacios de lucha. Son complejos industriales que atraviesan quilombos, manglares y avanzan violentamente sobre el cuerpo de las mujeres. Centrales hidroeléctricas que cruzan comunidades ribereñas, ríos y formas de vivir. Son mineras que crecen sobre casas, nacientes y tierras de cultivo para subsistencia. Son siderúrgicas que penetran los hogares, los pulmones, la piel y la pesca artesanal. Son ferrocarriles que atropellan quilombos, comunidades, tierras indígenas y tantos en el camino. Son muchos los ejemplos de atravesamientos y desrespeto a las formas de vivir y a la legislación de protección de la vida y de la naturaleza, que en algunos casos ya son limitadas por sí misma.
¿Lo que se está desarrollando en esas tierras atravesadas? Nada se puede evoluir donde no existe relación, intercambio y búsqueda por equilibrio. No hay desarrollo donde no hay respeto y atención a lo que preexistia. Lo que observamos son enormes proyectos alineados en relación a las vidas allí presentes. Son extraños que llegan, se instalan y en el equipaje traen impactos y pérdidas a quien es obligado a recibirlos.
Mujeres Territorios de Lucha es una campaña que tiene el objetivo de rescatar el camino de luchas y prácticas de resistencias marcadas y vividas desde los cuerpos de las mujeres afectadas por los megaproyectos de desarrollo. Tratamos de territorios impactados por complejos industriales, megaemprendimientos de minería y siderurgia, hidroeléctricas, grandes obras de infraestructura, agronegocio, especulación inmobiliaria y militarización. Son cuerpos atravesados por esos megaproyectos y que pierden sus moradas, sus comunidades, sus medios de producción y reproducción de la vida, sus formas tradicionales de vivir. Cuerpos y territorios impactados que ven su salud y cultura amenazados. Afectan mujeres, jóvenes, comunidades enteras y também ríos, bosques, montañas, manglares y paisajes.
¡Pero las mujeres y los territorios resisten!
Resisten todos los días. Desde su indignación y rebeldía, siguen construyendo vida en contextos de muerte, a través de su potencial creativo material e inmaterial. Nutridas por los encuentros, las colectividades entre mujeres, por las artes, por las prácticas de cuidado colectivo y autocuidado, por sus historias y ancestralidades, por la relación umbilical con la naturaleza, por las espiritualidades, por los saberes y sabidurías circulares y por los seres encantados.
Esos megaproyectos son, en su estructura y lógica operativa, fundamentalmente establecidos por la explotación capitalista, racista y patriarcal de los cuerpos-territorios. La mayoría de los casos rescatados a lo largo de la campaña se tratan de conflictos ligados a un modelo basado en la reprimarización de la economía y en prácticas neoextractivistas, cuyo boom se dio al inicio del siglo XXI en América Latina y Caribe. Dicho modelo tiene como base la expropiación total de la fuerza de trabajo humana en los territorios y de los recursos naturales para exportación. Los megaproyectos también pueden aliarse con las maniobras del capital financiero junto a gobiernos neodesarrollistas para mantener el engranaje de producción y concentración de riqueza en plena marcha.
El racismo y el patriarcado son aspectos que se acentúan en ese contexto. Los territorios más afectados, el trabajo precarizado y los cuerpos violentados e invisibilizados tienen color, género y territorialidad. Son aquellos considerados desechables, que pueden deteriorarse, que pueden ser violentados, que pueden no tener hogar, condiciones de alimentación y salud dignas. Son cuerpos negros, quilombolas, marisqueros, pesqueros, del garimpo artesanal y de la agricultura familiar, los más impactados. Y es en los cuerpos de las mujeres que esos impactos son vividos de manera más potencializada. Ellas son las que persisten en la defensa de sí, de los suyos y de sus territorios.
En su mayoría, son las mujeres que, aunque atravesadas por los megaproyectos y los desafíos impuestos por la vida, permanecen en sus casas. A ellas les ha encargado el trabajo de garantizar la reproducción de la vida y de sus hijos, de los ancianos, de la familia y de la comunidad. Son las que necesitan ser fortaleza y las que no tienen otra opción. Los trabajos que llegan, que ni siquiera alcanzan 5% del prometido, pero siguen como el arma principal de tal discurso de desarrollo, no son para las mujeres. La posibilidad de abandonar los territorios en búsqueda de mejores condiciones de vida tampoco está abierta a las mujeres. La posibilidad de ir y venir en sus territorios sin miedo deja de ser realidad para ellas con la llegada de centenas de hombres de afuera. ¿Y cómo garantizar la reproducción de la vida sin la posibilidad de plantar, pescar, recoger mariscos?
Por esos y tantos otros motivos que las mujeres son, se reconocen y se afirman, a partir de sus prácticas y sus cuerpos, cada vez más, como Territorios de Lucha.
En la trayectoria por la que también se desarrolla en esta campaña, recorremos, dialogamos y reflexionamos junto con diversas mujeres para construir comprensiones colectivas sobre esta realidad. Recorremos la Zona Oeste de Rio de Janeiro; la ciudad de Volta Redonda, en el estado de Rio; algunos territorios de Minas Gerais, como Brumadinho, Catas Altas, Muriaé, Mariana y Serra do Brigadeiro; la realidad del Complejo Industrial de Suape, en la región metropolitana de Recife, en Pernambuco; el camino mineral que va de Pará a la salida del mar en Maranhão, en los territorios de Canaã dos Carajás, Paraopeba, Açailândia y São Luiz; y las tierras invadidas de Pará, como Altamir y Oriximiná. Además, también pensamos junto a mujeres que traen sus vidas y caminos desde Bolivia, Chile, Perú, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y tantos otros intercambios vividos por otros territorios y articulaciones latinoamericanas.
Son intercambios que partieron, siempre, de la construcción de afectos, de relaciones de confianza y de diálogos sinceros y respetuosos con las historias y dolores trazidos por cada compañera y sus colectividades.
La Campaña Mujeres Territorios de Lucha traerá así la potencia de la vida y lucha de esas mujeres-territorios en forma de imágenes, textos, videos, ilustraciones, fotos, cartillas, libros, charlas, debates, afiches callejeros, anécdotas, mitos, risas, de todo un poco. Será la palpitación de lucha y vida en el eco de voces de muchas mujeres. Son Bertas, Marielles, Nicinhas, Anas, Veras, Sandras, Angelas, Silvias, Teresas, Raqueis, Panchas, Luizas, Saras, Rosas, y tantas otras.
Marina Praça — coordinación colegiada del Instituto Pacs
Versión en português: https://medium.com/@pacsinstituto/mulheresterrit%C3%B3riosdeluta-formas-de-viver-e-re-existir-616214d52a28